Amigos de RedEHS:
Aquí, les compartimos un escrito que recibimos de Facundo Cabral, que, no por casualidad, pero si por sincronicidad terminó siendo el cuarto envío que comenzó con "La percepción que olvidamos", escrito de Antonio Brailovsky, Ecólogo argentino, en relación al despertar de la consciencia con la atención. En la época de los 80 compartíamos en el Movimiento Ecológico Argentino, MAE, con Yolanda Ibarra en el Centro Oasis , gran hacedora de milagros.
El maestro Estrada me decía: "no pierdas un detalle hijo mio, si quieres ser mi discípulo atiende". El segundo escrito me lo envió Hector Gomez de México, que lo titulé "El entendimiento que olvidamos". Sin atención no puede haber entendimiento, sentido, significado de las cosas. Es la consciencia que genera vínculos, lenguajes de comunicación y valores humanos. Durante los años 2001 al 2005, Héctor me siguió en las madrugadas las prácticas de armonización, sincronización y alineación de Ecología Humana y Chi Kung que impartía en el Instituto Amanecer en la ciudad de México y hasta hoy él las sigue impartiendo con María Guadalupe.
El tercero escrito que lo titulé: Los sueños que realizamos, corresponde a Alejando Netri, músico y arreglador de orquesta. Compartí con él como con tantos otros músicos que desde el inicio de la década del 80 comenzaron a tomar las clases de yoga y ecología humana que impartía en el Centro Cultural Oasis, Belgrano, América Viva y Casa del Sol. El era el que alegraba los cumpleaños de los niños que iban naciendo, tocando la guitarra. Época que muy pocos se atrevían a hacer sus sueños, por los condicionamientos de miedo y limitaciones imperantes. Solo la consciencia al comprender la vida, pone las ideas en acción.
A Facundo lo escuché hace más de un año ya casi ciego; en Jalapa Veracruz, México; hablar de su madre: "DIOS en ti es tu consciencia ", le dijo, que es una experiencia de SER, Iniciática, pero aún Facundo habla de Dios, experiencia religiosa. La consciencia realiza, ama en libertad, la mente desea amar y pierde al ser amado por la libertad extrema, que es la muerte.
Espero que a través de estos cuatro escritos surja en Uds., la síntesis que desde el alma, en silencio, nace como LUZ de CONSCIENCIA DE SER, Ahora...
Aquí ...Ahora...Siempre... (el siempre lo dejamos para siempre).
Anam Cara
PAX...!
Como los budistas, sé que la palabra no es el hecho. Si digo manzana no es la maravilla innombrable que enamora el verano, si digo árbol apenas me acerco a lo que saben las aves, el caballo siempre fue y será lo que es sin saber que así lo nombro. Sé que la palabra no es el hecho, pero sí sé que un día mi padre bajó de la montaña y dijo unas palabras al oído de mi madre, y la incendió de tal manera que hasta aquí he llegado yo, continuando el poema que mi padre comenzó con algunas palabras. Nacemos para encontrarnos (la vida es el arte del encuentro), encontrarnos para confirmar que la humanidad es una sola familia y que habitamos un país llamado Tierra. Somos hijos del amor, por lo tanto nacemos para la felicidad (fuera de la felicidad son todos pretextos), y debemos ser felices también por nuestros hijos, porque no hay nada mejor que recordar padres felices.
Hay tantas cosas para gozar y nuestro paso por la Tierra es tan corto, que sufrir es una pérdida de tiempo. Además, el universo siempre está dispuesto a complacernos, por eso estamos rodeados de buenas noticias. Cada mañana es una buena noticia. Cada niño que nace es una buena noticia, cada cantor es una buena noticia, porque cada cantor es un soldado menos, por eso hay que cuidarse del que no canta, porque algo esconde. Eso lo aprendí de mi madre que fue la primera buena noticia que conocí. Se llamaba Sara y nunca pudo ser inteligente porque cada vez que estaba por aprender algo, llegaba la felicidad y la distraía, nunca usó agenda porque sólo hacía lo que amaba, y eso se lo recordaba el corazón. Se dedicó a vivir y no le quedaba tiempo para hacer otra cosa.De mi madre también aprendí que nunca es tarde, que siempre se puede empezar de nuevo, ahora mismo, le puedes decir basta a la mujer (ó al hombre) que ya no amas, al trabajo que odias, a las cosas que te encadenan, a la tarjeta de crédito, a los noticieros que te envenenan desde la mañana, a los que quieren dirigir tu vida, ahora mismo le puedes decir basta al miedo que heredaste, porque la vida es aquí y ahora mismo.
Me he transformado en un hombre libre (como debe ser), es decir que mi vida se ha transformado en una fiesta que vivo, en todo el mundo, desde la austeridad del frío patagónico a la lujuria del Caribe, desde la lúcida locura de Manhattan al misterio que enriquece a la India, donde la Madre Teresa sabe que debemos dar hasta que duela.
Caminando comprobé que nos vamos encontrando con el otro, lenta, misteriosa, sensualmente, porque lo que teje esta red revolucionaria es la poesía. Ella nos lleva de la mano y debajo de la luna, hasta los últimos rincones del mundo, donde nos espera el compinche, uno más, el que continúa la línea que será un círculo que abarcará el planeta. Esta es la revolución fundamental, el revolucionarse constantemente para armonizar con la vida, que es cambio permanente, por eso nos vamos encontrando fatalmente para iluminar cada rincón.
Que nada te distraiga de ti mismo, debes estar atento porque todavía no gozaste la más grande alegría ni sufriste el más grande dolor. Vacía la copa cada noche para que Dios te la llene de agua nueva en el nuevo día. Vive de instante en instante porque eso es la vida. La vida es el arte del encuentro.
Gracias Facundo.
Aquí, les compartimos un escrito que recibimos de Facundo Cabral, que, no por casualidad, pero si por sincronicidad terminó siendo el cuarto envío que comenzó con "La percepción que olvidamos", escrito de Antonio Brailovsky, Ecólogo argentino, en relación al despertar de la consciencia con la atención. En la época de los 80 compartíamos en el Movimiento Ecológico Argentino, MAE, con Yolanda Ibarra en el Centro Oasis , gran hacedora de milagros.
El maestro Estrada me decía: "no pierdas un detalle hijo mio, si quieres ser mi discípulo atiende". El segundo escrito me lo envió Hector Gomez de México, que lo titulé "El entendimiento que olvidamos". Sin atención no puede haber entendimiento, sentido, significado de las cosas. Es la consciencia que genera vínculos, lenguajes de comunicación y valores humanos. Durante los años 2001 al 2005, Héctor me siguió en las madrugadas las prácticas de armonización, sincronización y alineación de Ecología Humana y Chi Kung que impartía en el Instituto Amanecer en la ciudad de México y hasta hoy él las sigue impartiendo con María Guadalupe.
El tercero escrito que lo titulé: Los sueños que realizamos, corresponde a Alejando Netri, músico y arreglador de orquesta. Compartí con él como con tantos otros músicos que desde el inicio de la década del 80 comenzaron a tomar las clases de yoga y ecología humana que impartía en el Centro Cultural Oasis, Belgrano, América Viva y Casa del Sol. El era el que alegraba los cumpleaños de los niños que iban naciendo, tocando la guitarra. Época que muy pocos se atrevían a hacer sus sueños, por los condicionamientos de miedo y limitaciones imperantes. Solo la consciencia al comprender la vida, pone las ideas en acción.
A Facundo lo escuché hace más de un año ya casi ciego; en Jalapa Veracruz, México; hablar de su madre: "DIOS en ti es tu consciencia ", le dijo, que es una experiencia de SER, Iniciática, pero aún Facundo habla de Dios, experiencia religiosa. La consciencia realiza, ama en libertad, la mente desea amar y pierde al ser amado por la libertad extrema, que es la muerte.
Espero que a través de estos cuatro escritos surja en Uds., la síntesis que desde el alma, en silencio, nace como LUZ de CONSCIENCIA DE SER, Ahora...
Aquí ...Ahora...Siempre... (el siempre lo dejamos para siempre).
Anam Cara
PAX...!
LA VIDA ES EL ARTE DEL ENCUENTRO
de Facundo Cabral
Como los budistas, sé que la palabra no es el hecho. Si digo manzana no es la maravilla innombrable que enamora el verano, si digo árbol apenas me acerco a lo que saben las aves, el caballo siempre fue y será lo que es sin saber que así lo nombro. Sé que la palabra no es el hecho, pero sí sé que un día mi padre bajó de la montaña y dijo unas palabras al oído de mi madre, y la incendió de tal manera que hasta aquí he llegado yo, continuando el poema que mi padre comenzó con algunas palabras. Nacemos para encontrarnos (la vida es el arte del encuentro), encontrarnos para confirmar que la humanidad es una sola familia y que habitamos un país llamado Tierra. Somos hijos del amor, por lo tanto nacemos para la felicidad (fuera de la felicidad son todos pretextos), y debemos ser felices también por nuestros hijos, porque no hay nada mejor que recordar padres felices.
Hay tantas cosas para gozar y nuestro paso por la Tierra es tan corto, que sufrir es una pérdida de tiempo. Además, el universo siempre está dispuesto a complacernos, por eso estamos rodeados de buenas noticias. Cada mañana es una buena noticia. Cada niño que nace es una buena noticia, cada cantor es una buena noticia, porque cada cantor es un soldado menos, por eso hay que cuidarse del que no canta, porque algo esconde. Eso lo aprendí de mi madre que fue la primera buena noticia que conocí. Se llamaba Sara y nunca pudo ser inteligente porque cada vez que estaba por aprender algo, llegaba la felicidad y la distraía, nunca usó agenda porque sólo hacía lo que amaba, y eso se lo recordaba el corazón. Se dedicó a vivir y no le quedaba tiempo para hacer otra cosa.De mi madre también aprendí que nunca es tarde, que siempre se puede empezar de nuevo, ahora mismo, le puedes decir basta a la mujer (ó al hombre) que ya no amas, al trabajo que odias, a las cosas que te encadenan, a la tarjeta de crédito, a los noticieros que te envenenan desde la mañana, a los que quieren dirigir tu vida, ahora mismo le puedes decir basta al miedo que heredaste, porque la vida es aquí y ahora mismo.
Me he transformado en un hombre libre (como debe ser), es decir que mi vida se ha transformado en una fiesta que vivo, en todo el mundo, desde la austeridad del frío patagónico a la lujuria del Caribe, desde la lúcida locura de Manhattan al misterio que enriquece a la India, donde la Madre Teresa sabe que debemos dar hasta que duela.
Caminando comprobé que nos vamos encontrando con el otro, lenta, misteriosa, sensualmente, porque lo que teje esta red revolucionaria es la poesía. Ella nos lleva de la mano y debajo de la luna, hasta los últimos rincones del mundo, donde nos espera el compinche, uno más, el que continúa la línea que será un círculo que abarcará el planeta. Esta es la revolución fundamental, el revolucionarse constantemente para armonizar con la vida, que es cambio permanente, por eso nos vamos encontrando fatalmente para iluminar cada rincón.
Que nada te distraiga de ti mismo, debes estar atento porque todavía no gozaste la más grande alegría ni sufriste el más grande dolor. Vacía la copa cada noche para que Dios te la llene de agua nueva en el nuevo día. Vive de instante en instante porque eso es la vida. La vida es el arte del encuentro.
Gracias Facundo.
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