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Tuesday, February 7, 2012

Cuentos para Despertar ZENTAO · Despertar PARADOS · VII · La prueba más difícil

Según cuentan los que recuerdan, el Discípulo  cuando fue  reconocido como Maestro por su MAESTRO, salió rumbo al norte en sandalias, con dos mudas de ropa, dejándose crecer la barba y el pelo, sin comer uvas, sin tocar dinero ni sexo, durmiendo en el piso, sin pedir nada y abierto a lo que le den.
Tenía como única compañía a un discípulo muy joven, venido de tierras lejanas. Así juntos transitaron los poblados de Morelia, Pascuaro, Apazingan, Uruapan, Jacona, Zamora hasta Guadalajara. Él, desde muy niño sintió, por su abuela que le decía: Tus ojos son los ojos del Cristo, que Dios estaba en él y había que ser como ÉL. Quizás por eso, el Maestro lo invitó a acompañarlo, como dice la tradición: “donde quieras que os reunáis dos  en mi nombre allí estaré entre vosotros”.
Durante el  peregrinaje  del Maestro  era  acompañado en  la armonización y disciplina física en las madrugadas. El agua fría, la yoga al medio día y la meditación al atardecer eran las rutinas diarias, amenizadas con reportajes en los medios sociales y la conferencia que en todos lados le pedían: ¿qué le sucede al Hombre después de la Muerte?.
Una noche, el discípulo, después de haber escuchado al Maestro varias noches la misma conferencia con las variantes impensables que sacaba como un mago de su galera, estaba acostado en la cama que le ofrecían gentilmente al Maestro y el Maestro gentilmente se la ofrecía a él, para cumplir con la regla del Nazareno o Sanyasin.
Le contó sobre el miedo a la muerte que tenía desde pequeño, la muerte de la sirvienta, del abuelo, del padre, de las liebres en las caserías de los tíos, de la abuela sabia, del pájaro al que le disparo y revivió, de quedarse despierto e imaginándose el momento de su muerte, las reuniones con el grupo espiritual para experimentar la trascendencia en el silencio a través de ser consciente.
En la medida que le contaba se sentía liberado de esa tristeza profunda por las pérdidas, y se llenaba de una profunda alegría por el recuerdo de su inmortalidad.
El Maestro asimiló su realización y le dijo: Mi Maestro me enseñó a tener lo que necesitaba, luego, llegó el momento de dejar todo lo que tenía, morir para la familia y  la sociedad, para nacer de nuevo en la cámara sagrada del Planeta como hijo de la Humanidad. Aquí andamos para demostrarlo.
El discípulo, entonces con una sonrisa que lo delataba le preguntó:
¿Cuál de las pruebas le cuesta más  realizarla?, Maestro. Si era él como un agente de la tentación durmiendo en las mejores camas que le ofrecían.
¡Ven! le dijo, te daré la respuesta: abre la maleta…
Al abrirla vio con estupor que un frasco de vidrio que le habían regalado; con dulce de leche y unas pequeñas bolitas oscuras que eran uvas pasas por dentro;  estaba roto  y  derramado parte del dulce por toda la ropa blanca y la capa  del Maestro.
Cuentan que El Maestro se había salvado de las uvas de su discípulo y el discípulo  se  había beneficiado de poderle lavar la ropa blanca y secarla durante todo el día…
por Sisul

Wednesday, December 21, 2011

Cuentos para Despertar ZENTAO · IV · Despertar ParaDos · Despertar ZenTao

El Maestro en su recorrida matinal con su cámara de video captaba, entre los árboles, el contorno del horizonte del pico nevado de Orizaba  desde el comedor, las expresiones de las flores que rodeaban la cámara secreta del Segundo Grado, camino al domo geodésico. Fotografiaba las murallas de bambú que cultivaba para la fabricación de bastones para el Wu-shu, mientras vigilaba de cerca a sus discípulos realizando sus prácticas.

“Cuando veo sus cuerpos, veo sus almas, cuando veo la forma, vivo la esencia”, les  decía.
Luego al atardecer en el estudio antes de meditar se regocijaba pasando la filmación, donde proyectaba sobredimensionados los defectos del alma que reflejaban los cuerpos: Unos con sus pies retorcidos intentando hacer el loto invertido, otros escondiéndose entre la maleza  para que no los vieran, se veían en ridículo y todos terminaban envueltos en una carcajada.
Le preguntó uno de sus discípulos: - Maestro, ¿por qué me hizo orar parado una hora y a otros los hizo sentar sobre las  rodillas flexionadas?
- Despertar…poesía…éxodo, murmuró el Maestro.
Todos quedaron en un profundo silencio tratando de entender lo que él había murmurado.
Están dormidos, despierten!, ¿para cuándo van a realizar el Buddha? que significa ¡estar despiertos!, exclamó el Maestro...y viéndolos tan solemnes, les dijo:
- A tí, si a tí, el soberbio, que te sabes el Uno, por tu destreza y flexibilidad en las posturas de piso,  tienes que realizar como los hebreos, el vínculo sagrado con el SER, el DOS,  para Despertar PARA-DOS.
El Maestro volvió a dirigirse a otro de sus discípulos  a su lado, dicéndole: A tí, por el contrario, tan humilde y obediente, que no puedes flexionar las rodillas, necesitas ser como el Musulmán, prostrado ante DIOS, para Despertar ZenTao. Ésa noche los discípulos se quedaron despiertos toda la noche riéndose de las anécdotas del día.
Sucedió que al amanecer, el Maestro sonriente puso la música de armonización como todos los días, mirando las últimas estrellas hacia el oeste en silencio, mientras que los discípulos aun dormían felices.

Por Sisul

Saturday, December 17, 2011

Cuentos para Despertar ZENTAO · III · El Grito del Silencio

Por años el maestro enseñó a escuchar entre  los sonidos, el silencio. Transmitió los mantras sagrados a los discípulos que prevalecieron, explicó cómo las cuerdas vocales son al cerebro, como las cuerdas afinadas de una guitarra a su caja de resonancia del vacío.

Luego de enseñar la técnica de meditación y haber Meditado con sus discípulos en una profunda serenidad, el discípulo le preguntó al Maestro:

Maestro, ¿Cómo se puede expresar el silencio?
El maestro sin salir de su profunda paz le dijo gritándole:
¡Cállate la boca!.

Por Sisul.

Friday, December 16, 2011

Cuentos para Despertar ZENTAO · II · La Lucha contra el Ángel


Según la leyenda, el discípulo luchó por muchos años contra los enemigos que llevaba dentro de sí mismo, para demostrar al Maestro que él podía ser el sucesor del linaje de Iniciados y así mantener la tradición de Sabiduría Viviente.


En los últimos años, residió en el Ashram donde vivía el Maestro, asimilando sus enseñanzas y ejemplos de vida. De pronto se dio cuenta que ya no lo imitaba, sino por el contrario tenía sus propias experiencias y formas de realizar la enseñanza, hasta llegar a confrontar a su propio Maestro, buscando sus puntos débiles, para demostrarle que él, el discípulo, tenía razón y fuera valorizado y reconocido por Él.

Un día el Maestro murió y dejó este plano sin aclaración de quién había alcanzado la sabiduría para ser el guía como un Hermano Mayor de los demás discípulos. De inmediato la mayoría dejó las prácticas al no estar el Maestro observándolos y cayeron en la rutina del confort y los placeres. Unos, ante este hecho se desilusionaron y decayeron en una depresión profunda, otros se fueron frustrados a realizar sus propias empresas, al ver que  el sacrificio de tantos años se derrumbaba, otros siguieron el rumbo de otros Maestros que se habían ido antes del Linaje.

Entre las notas que el Maestro había dejado, (a las que le gustaba siempre remarcar en el sermón cotidiano), era la historia de la lucha del Ángel con Jacob durante toda la noche, hasta que al amanecer el Ángel se retira.

Siempre se preguntaba el discípulo cómo el Ángel, siendo el Maestro todopoderoso, luchaba con el discípulo y no lo derrotaba ante su ignorancia de querer enfrentar a su propio Maestro. Y para colmo al amanecer se deja vencer y desaparece, mostrando la debilidad del Maestro y la ruptura de la tradición.

En ese momento, cuentan los que Saben, el discípulo miró a su alrededor desde la cabaña del Maestro, mientras a lo lejos se veía el cortejo fúnebre que seguía el pueblo que lo veneraba, tomó la túnica del Maestro, se envistió de ella  y se puso a Danzar.  A cada paso saltaba con un grito de Alegría.

El Ashram hasta hoy se le llama por el pueblo que lo rodea: La Casa Del Ángel.

Por Sisul.

Thursday, December 15, 2011

CUENTOS PARA DESPERTAR ZENTAO • I • EL "SIEMPRE" PERMANECE

Pasaron los días. El discípulo observó al maestro construir un Mandala con granos de arroz y  arenas de colores. Al terminarlo, no espero que la lluvia bañara los colores y las formas, ni que  se entremezclaran en un pequeño flujo hacia el río de vertiente que pasaba por el ashram. De repente lo destruyó completamente.

El discípulo sorprendido, sintió pesar por perder la obra mas hermosa que había visto del Maestro, casi murmurando le dijo: Entonces...Todo Cambia!, nada permanece para siempre, mostrándole al Maestro que entendía el significado de la Vida. El Maestro lo miró a los ojos y  sonrió, con la sonrisa que expresan los labios de un BUDHA y dijo susurrando:

El SIEMPRE permanece, COMO UNA COLUMNA DE VIENTO…COMO UN GRANO DE SAL…

Dicen que el discípulo se mantuvo en silencio durante diez años por haberse descubierto en  su soberbia mental y su búsqueda de sobresalir para que el Maestro lo tomara en cuenta. Finalmente le dijo al Maestro: Maestro no entiendo…

Riéndose a carcajadas, el Maestro le dijo: Todavía no te diste cuenta que era un chiste, ven, le dijo y  lo abrazó. Entonces el Discípulo acompañó la carcajada del Maestro en su abrazo.

Sin darse cuenta compartió su Iluminación.

por Sisul.